Se me hizo raro, pero era mi primer embarazo y no tenía experiencia en esta situación, pero se quedaron todos callados y tardaron en enseñarme a Silvia. Era muy pequeñita y tenía su lenguita fuera, pero yo lo achaqué a que había estado un mes con el cordón enrrollado en su cuello.
Me vio salir mi familia, Eloy, sus padres… y me quede dormida, me costó por la emoción de que mi niña estaba aquí pero el cansancio hizo mella.
Al día siguiente, llamé al papá de Silvia y le pregunté qué tal había dormido, cómo estaba… las respuestas eran muy frías, muy asépticas, hasta que me confesó que no había dormido y que la cena la había echado fuera.
Me preocupé, y viendo el parto, le pregunté directamente…”¿se nos ha muerto Silvia?”
Eloy me respondió: “no, pero sospechan que tiene Síndrome de Down”
Y el mundo se volvió al revés.